Terapia primal en Compostela

Bobby Gillespie de Primal Scream en plena acción Screamadelica

Bibliosoneros, se va acercando ya el final de este verano de 2013 en el que la oferta de festivales y conciertos con presencia de grupos internacionales en Galicia se ha visto sensiblemente mermada por la crisis. Pero, afortunadamente, de lo poco que ha habido, aún queda lo mejor para el fin de fiesta: Primal Scream, nada menos.

La veterana banda escocesa liderada por Bobby Gillespie recala este viernes en Compostela, dentro del programa de las fiestas del Apóstol, en lo que va a ser su segunda fecha en la península –pasaron por el FIB en agosto-, desgraciadamente cancelada, en un primer momento, a causa del trágico accidente del Alvia en Angrois, y posteriormente reprogramada para el 6 de septiembre. Los teloneros serán Dirty Socks, un grupo emergente compostelano de pop psicodélico en plan retro, joven pero con experiencia, que ya han teloneado a Placebo o Editors, por ejemplo.

Bibliosons estará allí para traeros la crónica, por supuesto. Pero, antes, surgen las preguntas ante la inminencia del magno evento:  ¿En qué momento llegan a Santiago?¿Están aún en forma? ¿Todavía son relevantes? Pues, por si les habíais perdido la pista, el grupo está de gira presentando More Light (2013), su décimo álbum de estudio, que ha cosechado buenas críticas, en general, y que parece no haber decepcionado a casi nadie. Lo cual es noticia, porque supone un cambio de tendencia en la línea irregular y más bien descendente que llevaban en sus últimas entregas. En él, Gillespie y el guitarrista Andrew Innes, alma máter de PS, parecen haber buscado un equilibrio entre las dos principales vertientes del grupo: su lado de rock and roll más clásico, en plan MC5 o los Stooges, directo y contudente, y su lado más experimental y noisy, todo ello aderezado con las habituales pinceladas bailables y psicodélicas a lo Screamadelica. El resultado es más que aceptable, aunque no tan afilado y fresco como en sus buenos tiempos.

Portada de ‘More Light’, último disco de los escoceses

En ese sentido, probablemente el mejor momento de PS a nivel creativo haya pasado ya, después de 25 años de carrera, en la que destacan por encima del resto sus dos grandes hitos: el luminoso Screamadelica (1991), su gran clásico, gran referencia de la década de los 90 y pionero de la fusión del rock and roll con la música de baile y la cultura rave; y el XTRMNTR (2000), el reverso oscuro y crudo de esa mezcla.

Sin embargo, y ésa es la buena noticia, en directo la cosa es diferente. Porque a pesar de que puede que hayan perdido parte del espíritu eufórico de la etapa acid house del Screamadelica y de la rabia y la energía explosiva de los años del XTRMNTR, y de que ya no cuentan con el carisma y la calidad que aportaban el guitarrista  Kevin Shields (ahora con su antigua banda My Bloody Valentine) y el bajista Mani (también con sus antiguos compañeros de Stone Roses), sin embargo, en vivo aún irradian ese halo de gran banda que pocos grupos poseen. Quizás se hayan diluido un tanto la actitud provocadora y la sensación de imprevisibilidad que solían tener sus conciertos, pero siguen siendo capaces de defender con absoluta solvencia un repertorio sólido y potente que cuenta con una abrumadora colección de hits (Movin’ On Up, Come Together, Rocks, Kill All Hippies, Country Girl, etc.) a la que es muy difícil resistirse. En Glastonbury este verano se les vio en muy buena forma (ver vídeo abajo) -teloneando, por cierto, a los mismísimos Rolling Stones– y las crónicas de su paso por el FIB van en la misma línea.

Mención aparte merece el gran Bobby Gillespie, uno de los frontman más auténticos del rock and roll. Hijo de un político miembro del partido laborista escocés, nunca se ha cortado un pelo, ni en sus letras ni en sus declaraciones, a la hora de reivindicar sus raíces de clase obrera o censurar la política imperialista americana, por ejemplo. O en pedir la desaparición del estado de Israel o criticar el consumismo conformista de los festivales de música de hoy en día, de los que ha llegado a decir que son como centros comerciales. Quien a estas alturas no conozca aún al personaje y quiera hacerse una idea rápida, puede revisar en Youtube el vídeo del tumultuoso y mítico concierto que dieron en el festival de Glastonbury en 2005, con polémico -y malinterpretado- saludo fascista en Swastika eyes incluido y constantes provocaciones al público. Genio y figura.

De modo que las expectativas son altas. El grupo ya no se encuentra, obviamente, en el cenit de su carrera, pero aún siguen estando arriba en los carteles de las principales plazas festivaleras. Y eso es una garantía. Entreguémonos, pues, a la terapia del grito primario del rock and roll. PS son sumos sacerdotes. El exorcismo hedonista es este viernes en Compostela. La semana que viene, la crónica.

[Y, por supuesto, antes puedes pasarte a buscar discografía de PS por las Bibliotecas Municipales.] 😉

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